lunes, 6 de abril de 2009

Obama y la Desnuclearización. Una idea sobre su visión de la política exterior.


Obama dice que está por hacer un mundo sin armas nucleares. Pues bien, me disculparán el rodeo, pero al leer esto vuelvo a preguntarme lo que ya me he preguntado muchas veces, si en la vida es más importante lo que haces o lo que eres. Si es más importante en los estudios tu capacidad de asimilar información, o es la voluntad, hábitos y las técnicas de estudio que emplees. También en que te puedes topar con una persona con la que tienes una afinidad excepcional, en personalidad e intereses, crees hacer todo bien para lograr una amistad, y resulta que ve en ti algo que la mantiene a raya. O que no haces nada especial por las mañanas, pero un día descubres que vuelves loca a la pedazo de rubia aquella. Adscripción o logro, capacidad o trabajo, son dos bases igual de válidas para entender la justicia (los otros dos tópicos de la justicia son los diversos tipos de igualdad, y la necesidad). En lo que a mi respecta, suelo preferir la gente con talento que a la que se lo curra.

Los sociólogos para referirse a esto, hacen referencia a la estratificación social. Y se preguntan si es más importante para prosperar en nuestras sociedades capitalistas, el haber nacido en una familia de estrato medio-alto, o el ser una persona de estrato bajo pero que se lo curra. Las estadísticas y su ley de la grandes números, nos dicen que lo primero. Que sin llegar al fatalismo y sin determinar nada al 100%, es más importante el ser de una determinada clase que el currárselo. Yo también creo que se liga más por la cara que por lo que se haga o se diga, que la vida es injusta, y que sin criterio alguno se reparten capacidades muy asimétricamente, unos tanto y otros tan poco.

A lo anterior (hacer y ser) habría que añadir un tercer elemento de análisis, el de la estructura. A grandes rasgos, la estructura de nuestra sociedad es un entramado legal que garantiza la propiedad privada y de libertad de empresa. Algunos dicen que es por culpa de dicha estructura el que existan (ser) las injustas desigualdades (por la propiedad privada, que se reparte desigualmente), y que la competitividad triunfe sobre la solidaridad (hacer) y la caridad (por culpa de la libertad de mercado). Consecuencia de lo anterior, cada uno sólo se tiene a sí mismo, y cada uno tiene que luchar por y para sí mismo. Por consiguiente, es culpa del "sistema" el que la gente no mire por el bien común, sino por el suyo y el de su familia y amigos íntimos. Pero por mucho que se luche, al ser más importante lo que se es (ser rico o casi rico) que lo que se curra, en la gran mayoría de los casos cada persona seguirá en su estrato social. Los que piensan esto, rápidamente deducen que cambiando la estructura (la propiedad privada por la común o comunista, y la libertad de producción por la producción dirigida), la gente dejaría de verse forzada a comportarse depredadoramente, ya que dejaría de existir el mercado "libre" y competitivo, que entonces la bondad comenzaría a aflorar, y que las conductas de las personas estarían dirigidas más al bien común que al privado. Como también todos tendremos la misma cantidad de propiedad, ya no habrían diferencias y estratificación social vertical sino igualdad (o por lo menos una gran semejanza). Al estar el conjunto de la sociedad coordinada y no enfrentada (entre otros motivos), también creen que habría una mayor efectividad productora. Los paraísos de Cuba, la URSS, o Corea del Norte, ya estaban listos para ser construidos.

En esa visión marxista-leninista, atacar la estructura y hacer la revolución era la vía para construir una sociedad nueva, más justa y más eficiente. La estructura tiene la preeminencia al conformar a los seres y las relaciones entre los mismos. Algo que en verdad iba en contra del análisis marxista, en el que la primacía no estaba en la estructura sino en las relaciones de producción. Estas relaciones van conformando a los seres sociales y haciendo variar su número. Creía Marx que la cantidad de entes burgueses estaba en declive (a causa de la ineficiente competitividad capitalista), y la de obreros en auge. También que las condiciones existenciales de los entes estaban radicalizándose, los cuantitativimente menguantes burgueses, cada vez más enriquecidos, y los cuantitaivimente crecientes proletarios, cada vez más paupérrimos (en el marxismo, los seres sociales no son los indivíduos, sino la conciencia de clase). Esa tendencia impuesta por los efectos de las relaciones de producción (situando la explicación en el nivel de relación social, y no en el de ser o individuo, o en el de la estructura o sistema) haría que se llegara a un punto en que la revolución caería como fruta madura y surgiría casi espontáneamente, por necesidad, como ocurrió en Francia en 1789 cuando se convocaron los Estados Generales para recaudar impuestos.
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Para terminar los ejemplos, hay que recordar que en el liberalismo clásico, la explicación causal está situada en el ser (la persona inividual) y sus posesiones. Y sería el conjunto de decisiones individuales, en el que cada uno cuidando sus posesiones y haciéndolas prosperar, se asegura la autosatisfacción y el prestar un servicio que beneficie y haga mejorar la vida de toda la sociedad. La motivación individualista, la división del trabajo, y un mercado libre en el que se intercambiarían los productos de dicho trabajo, sería el mejor modo de organizar la sociedad.
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Tenemos por tanto, tres niveles de análisis, 1- el individual o del ser, 2- conductual o de relaciones entre seres, y 3- el estructural o sistémico. Kenneth Waltz nos da unos niveles de análisis parecidos a los que he expuesto, al tratar de explicar la conducta internacional y situar dicha explicación en 1- el nivel estructural (la naturaleza anárquica del sistema internacional), y no en el de 2- la naturaleza humana (la esencia cainita de muchos hombres) o 3- las características del Estado (el régimen nazi era expansivo y las democracias pacíficas). Según Waltz, sería el equilibrio del poder y el equilibrio de amenazas el que fuerza a los Estados a comportarse en el determinado estilo de la Realpolitik, de ambicionar y persiguir el poder y la seguridad. Waltz es el innagurador del neorrealismo de Relaciones Internacionales, también llamado realismo estructural (ver aquí en castellano un somero pero correctísimo repaso de los diferentes tipos de realismo). Si el viejo realismo anterior a Waltz exponía la naturaleza humana (el hombre de forma natural siempre ambiciona tener más poder y más dinero) como causa de la conducta de la política de poder de los Estados, el neorrealismo no pretende que de la mayoría de los hombres surja un Caín, sino que es la estructura anárquica (carencia de gobierno y fuerza armada central) la que en cierta medida obliga a los estados a comportarse como lo hacen (Visión tradicional de la evolución del Realismo que personalmente no comparto. Ya que Morghentau en su escrito "Las fuentes de la moralidad internacional", dice exactamente lo mismo que Waltz a la hora de explicar los fundamentos de la moral de poder presentes en la política internacional. Algo que también está claramente implícito en su escrito "Los seis principios del realismo político", que es el texto más importante del realismo, y de toda la Disciplina de la Relaciones Internacionaes).

Tomando fragmentos de una de las principales obras de Waltz, "El hombre, el Estado y la guerra" transcrita al castellano por la Revista Académica de Relaciones Internacionales, Waltz nos habla de 1- explicación individual o de naturaleza humana (Como dijo una vez Jonathan Swift, “el mismo principio que lleva a un matón a romper las ventanas de una ramera que lo ha “desairado”, incita generalmente a un gran príncipe a reclutar poderosos ejércitos y a soñar únicamente con sitios, batallas y victorias”), 2- estructural (Rousseau, como Platón, cree que un mal gobierno vuelve malos a los hombres, mientras que uno bueno los mejora. Esto no quiere
decir que el estado sea un alfarero y el hombre una masa de arcilla que no ofrece resistencia a la forma que el artista desea imprimirle. En su ensayo fragmentario titulado “The State of War” y en sus comentarios sobre las obras del abad de Saint-Pierre, Rousseau aplica este criterio a los estados que existen en situación de anarquía. Aunque un estado desee permanecer en paz quizá deba considerar la organización de una guerra preventiva; ya que, si no atacase cuando el momento le es favorable, puede ser atacado después, cuando la ventaja se encuentre de parte del adversario
) y 3- el tipo de Estado (Woodrow Wilson aparece ante la historia como una figura que trazó una clara línea divisoria entre los estados pacíficos y los agresivos, y atribuyó a las democracias todos los atributos de los primeros y a los estados autoritarios las propiedades de los segundos. Con un alcance que varía según el autor considerado, se piensa que la existencia de la guerra depende de los diferentes tipos de gobiernos nacionales. De esta manera, Cobden, en un discurso pronunciado en Leeds en diciembre de 1849, dijo: pero en la medida en que la población se gobierne a sí misma, como en Inglaterra, en Francia o en América, se verá que la guerra no se encuentra en el ánimo de los pueblos, y que si el gobierno la desease, el pueblo le pondría obstáculos).

(...)

Si la violencia entre los estados es causada por la maldad del hombre, buscar la reforma interna de los estados no servirá de nada. Y si la violencia entre los estados es el producto de la anarquía internacional, buscar la conversión de los individuos puede lograr muy poco. (...) La explicación de Rousseau acerca del origen de las guerras entre los estados es, en un sentido amplio, la definitiva mientras funcionemos en un sistema de naciones. Mi anhelo de poseer un millón de dólares no me conduce a robar un banco pero si fuese más fácil saquear bancos, ese anhelo motivaría que se cometieran más robos. Pero aún debemos investigar las motivaciones y las circunstancias con el objeto de explicar las acciones individuales. No obstante, podemos afirmar que, dadas ciertas condiciones, un debilitamiento del rigor de la ley conducirá a un aumento de los delitos. Desde este punto de vista lo que cuenta es la estructura social. es decir, las restricciones y los métodos institucionalizados para alterar y adaptar los intereses. Pero cuenta de un modo diferente del que se asocia generalmente con la palabra “causa”. Lo que lleva al hombre a cometer ese delito es su deseo de dinero, su falta de respeto hacia las leyes de la sociedad y un cierto arrojo. Esta idea, aplicada a la política internacional, se transforma - para utilizar las mismas palabras con que resumimos a Rousseau - en el argumento de que las guerras ocurren porque nada puede evitarlas. El análisis de Rousseau explica la reaparición constante de la guerra sin explicar ninguna guerra determinada. Nos dice que las guerras pueden ocurrir en cualquier momento, y por qué sucede eso. Pero la estructura del sistema estatal no hace que el estado A ataque al estado E. Que dicha agresión tenga o no lugar dependerá de varias circunstancias especiales: ubicación, tamaño, poder, interés, tipo de gobierno, historia y tradición.
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Tal y como hemos podido leer con claridad, Waltz reconoce que el primer motor de la guerra (de la inseguridad internacional) está en las motivaciones de los Estados (dice textualmente: "Lo que lleva al hombre a cometer ese delito es su deseo de dinero"). Pero de forma increible, no se quiere dar por enterado, y dice que la causa está en la estructura anárquica del sistema de Estados, de lo que se deduce que la guerra es inevitable. No habría, por tanto, ni libertad ni responsabilidad, sino un etéreo destino estructural. Como decíamos en la entrada anterior, "Llevando los razonamientos del realismo, y de la seguridad colectiva del liberalismo, hasta sus últimas conclusiones (un rostro que ellos mismos nunca se atreven a mirar), tenemos que o bien estamos destinados al infierno de las guerras de la política de poder, o a la irrelevancia de unos tratados internacionales que no aguantarían ni un soplido de intereses nacionales en contradicción. Destinados a elegir entre un poderío enfermizo y autodestructivo, y la debilidad y ridiculez de los leguleyos internacionales." La inmensa cobardía intelectual del realismo (aun siendo la segunda escuela más poderosa de las Relaciones Internacionales) resulta del todo insoportable, amén de autolesiva (en otra entrada analizaré los infantiles fallos metodológicos que comete Waltz, fallos que no cometería nadie que hubiese leído y entendido a Durkheim).

Waltz en verdad nos da dos niveles de análisis, y no tres tal y como él cree, dos que vienen desde el nivel de el Estado (naturaleza cainita del hombre, de los gobernantes de turno, e ideología del Estado), y otra que atribuye al sistema o estructura (anarquía) la causa de la inseguridad internacional. Pero no explora el nivel de análisis de las relaciones. Por ejemplo, el dilema de la seguridad es una categoría que se centra en la importancia en las relaciones entre Estados para tratar de explicar la seguridad internacional. Según el dilema de la seguridad, no sería ni la motivación de los Estados en sí misma, ni la estructura anárquica la que causa la inseguridad, sino las percepciones que se producen en la comunicación estratégica, en la desconfianz. Desconfianza que nos empuja sin querer a tensiones y guerras no deseadas. El nivel estructural de análisis parte de la Polaridad de la anarquía del sistema internacional, esto es, el número de Grandes Potencias presentes en el sistema. Habría que añadir otros elementos como la proximidad geográfica o el tipo de armas (como por ejemplo, poseer o no armamento nuclear), pero probablemente la distribución de las capacidades, el número de Grandes Potencia, es el criterio más importante para la estructura. No debemos, entonces, confundir el nivel de análisis estructural (la polaridad) con el relacional (el equilibrio de poder, tanto en sus aspectos materiales como psicológicos), que es el mecanismo de relación entre los polos del sistema.

¿Y todo este rodeo entorno al ser, el hacer y la estructura?

Primero recordemos que Obama quiere tratar con Rusia una reducción del 80% de los arsenales nucleares. El tratado que quiere firmar Obama con las autoridades rusas podría reducir de 5.000 a 1.000 el número de ojivas atómicas de cada potencia. El presidente norteamericano establecerá en la Casa Blanca una oficina de no proliferación nuclear que se encargará de esas negociaciones, a cuyo frente se cree que pondrá a Gary Samore. Un posible acuerdo de reducción de los arsenales estratégicos de EEUU y Rusia aumentaría la presión sobre el Reino Unido, que tiene 160 cabezas nucleares, y otras potencias atómicas, para que redujesen también sus respectivos arsenales.

Cuenta la BBC Obama por el desarme nuclear. Su gobierno iniciaría la tarea de reducir su arsenal nuclear y negociar un nuevo tratado de reducción de armas estratégicas con Rusia antes del fin de año. El mandatario afirmó que su país estaría buscando la paz y la seguridad de un mundo sin armas nucleares. "Que debemos estar unidos por el derecho de todos los pueblos a vivir libres del temor".

Mientras haya una amenaza potencial de Irán, Estados Unidos continuará presionando con sus planes para instalar un sistema antimisiles en Europa. Pero dejó la puerta abierta para hacer concesiones a cambio de que Teherán revierta su postura. "Si la amenaza iraní es eliminada, entonces tendríamos una base más sólida de seguridad, y la necesidad de promover la construcción de un sistema antimisiles en Europa desaparece", aseguró. dejó la puerta abierta para hacer concesiones a cambio de que Teherán revierta su postura.
"Si la amenaza iraní es eliminada, entonces tendríamos una base más sólida de seguridad, y la necesidad de promover la construcción de un sistema antimisiles en Europa desaparece", aseguró.

La agencia AFP dice que Obama busca un mundo sin armas nucleares. Gary Samora dijo que el presidente no se hace ilusiones sobre la "muy ambiciosa" visión de que un mundo libre de armas nucleares pueda llegar pronto. "En términos de un mundo sin armas nucleares, pienso que no podemos identificar esto como una posibilidad cercana" (...) "Hablamos sobre medidas prácticas que tenemos cerca de nosotros y que podemos tomar para demostrar nuestro compromiso en alcanzar un mundo libre de armas nucleares, y también para movernos en la dirección de reducir los arsenales existentes".

¿Qué pretende el presidente Obama con esto, cuál es su visión sobre la mecánica de la política internacional? Repasábamos en la entrada anterior el asunto de las carreras de armamentos y el dilema de la seguridad, sobre si eran más descriptores o causadores de la Seguridad o Inseguridad Internacional. Llegábamos a lo conclusión que eran sólo descriptores, y que las armas eran mero instrumento de nuestra voluntad y motivaciones.

Por la declaraciones que hace, parece que Obama sitúa la problemática de la política y de la seguridad internacional, en el nivel de análisis relacional (dilema de la seguridad y carrera de armamentos), en mostrar que no tiene intenciones agresivas, para de esa manera conseguir que no malfuncione dicho dilema de la seguridad y carrera de armamentos. Con esas medidas parece que pretende conseguir que el nivel de paz y concordia internacional se incremente. Es la clásica visión liberal de la política y la seguridad internacional, que fueron expuestas impecablemente en los 14 puntos de Wilson. El punto 4 dice íntegramente: "Intercambio de garantías suficientes de que los armamentos nacionales serán reducidos al mínimo compatible con la seguridad nacional". Obama no ofrece más elementos en su visión sobre la arquitectura internacional que daría paz y seguridad al mundo. Parece que no comparte buena parte de las opiniones liberales tradicionales sobre el tema. Esto me hace pensar que en verdad su iniciativa se debe meramente a un convencimiento personal sobre el peligro que representan dichas armas, más que a el producto de una reflexión madura. Ya fueran reflexiones hechas por él mismo, o por algún asesor suyo con el que comparta ideas y modos de pensar de como debe dirigirse una política exterior, y sobre cuales son la causas de la inseguridad internacional. Para luego obrar en consecuencia, siempre que los intereses y la capacidad de USA lo permitieran. Parece que es un convencimiento personal producto de su educación liberal, proveniente de la típica familia americana blanca con estudios universitarios en la que fue criado, y de su formación en Harvard. Él ha dicho en varias ocasiones que las Relaciones Internacionales era su asignatura pendiente (algo que contrastaba totalmente con el perfil de McCain)

Vimos en la entrada anterior que dicha visión simplista de la inseguridad internacional situada en la carrera de armamentos y el dilema de la seguridad, no resuelve ningún problema serio. Como vimos al principio de esta entrada, eso es algo que también comparten las diversas clases de realismo, como era el caso del neorrealista Kenneth Waltz. Algo que también comparte implícitamente el liberalismo de relaciones internacionales. Obama, con esa simple idea (que le puede rendir sus frutos políticos, como le ocurrió a Reagan con la "opción cero"), en verdad no se situaría en el bando liberal de la política internacional (nombrado tradicionalmente en la RR.II. como "Idealismo"). Creo que Obama es en verdad un político nato, muy hábil y con sentido de la oportunidad, y realista no en el sentido académico, sino que no pondrá los objetivos de los USA más allá de las capacidades de su país.

Pero por qué Obama no puede ser clasificado plenamente como liberal, a pesar de que haga cosas de liberal como cerrar Guantánamo o decir que quiere retirarse de irak. Pues porque la visión liberal de la seguridad internacional se basa en tres principios, que están brillantemente resumidos en los 14 Puntos de Wilson. No en vano, Wilson era catedrático de Ciencia Política, y se nota bastante lo bien amueblada que tenía la cabeza ese hombre, más allá de que se esté de acuerdo con él o no. Los tres principios más elementales de los 14 Puntos son: 1- Seguridad Colectiva, 2- Nacionalismo Democrático y 3- Libertad Económica. Pero Obama ha demostrado tener ramalazos proteccionistas, no está dispuesto a difundir las formas de gobierno democráticas (como hacía Wilson), y salvo en la reducción de armas nucleares, tampoco demuestra suscribir los principios de la Seguridad Colectiva (que son básicamente tres). Pero veamos con algo más de detenimiento los 14 Puntos de Wilson.

I- Seguridad Colectiva (basada en tres principios, resumidos en los Puntos de Wilson 1, 4 y 14) Punto 1- Pactos de paz conocidos de todos, preparados abiertamente, de manera que en adelante no haya alianzas particulares de ninguna especie entre las naciones, sino una diplomacia que proceda siempre con franqueza y de manera pública (las alianzas político-militares quedan prohibidas, cualquier clase de comunicación y negociación política deberá ser "escuchada" por todos, ya que de esa manera se evitará que se formen "grupitos", alianzas informales o alguna clase de conspiración). Punto 4- Intercambio de garantías suficientes de que los armamentos nacionales serán reducidos al mínimo compatible con la seguridad nacional (baja cantidad de armamentos que impida invadir otros países, el armamento será poco "ofensivo", y a carrera de armementos será estable y estará en su punto de equilibrio). Punto 14- Es preciso que se constituya una asociación general de naciones en virtud de compromisos expresos, a fin de procurar a los estados, tanto grandes como pequeños, garantías mutuas de independencia política y de integridad territorial (el mundo entero es una gran alianza y la seguridad de cada Estado quedará así totalmente garantizada, la toma de decisiones político-militares se hará en algún consejo de seguridad de algún tipo de organización o sociedad de naciones). II- Libertad Económica (puntos 2 y 3). Punto 2- Libertad total de navegación en los mares fuera de las aguas territoriales, tanto en tiempos de guera como de paz, excepto si los mares son cerrados total o parcialmente por una acción internacional. Punto 3- La supresión, dentro de lo posible, de las barreras económicas y la consagración de la igualdad de trato en materia comercial para todas las naciones que observen la paz y se asocien para conservarla. III- Nacionalismo Democrático. Son los puntos 5 (referente a colonias), 6 (Rusia), 7 (Bélgica), 8 (Francia), 9 (Italia), 10 (Austria Hungría), 11 (Balcanes), 12 (Turquía y libertad de navegación en los Dardanelos) y 13 (Polonia).

Al apoyar la ampliación de la OTAN falta al punto 1. Al incrementar como hace el gasto en defensa, también falta al punto 4. Y las referencias a algo parecido al punto 14 brillan por su ausencia, ya que no parece que que vaya a apoyar al Consejo de Seguridad de la ONU como organismo mediante el cual lograr la seguridad internacional. Pero recordemos las ideas que apoyaba antes de llegar a la presidencia.

Para renovar el liderazgo estadounidense en el mundo, debemos empezar a trabajar de inmediato para revitalizar nuestro aparato militar (...) Debemos conservar la capacidad para derrotar rápidamente cualquier amenaza convencional a nuestro país y a nuestros intereses vitales. Pero también debemos estar mejor preparados para desplegar tropas en el terreno para enfrentarnos a enemigos que pelean en campañas asimétricas (...) Debemos ampliar nuestras fuerzas terrestres añadiendo 65000 soldados al Ejército y 27000 infantes de Marina (...) comprometer fondos suficientes para permitir a la Guardia Nacional recobrar su preparación y disponibilidad.

No vacilaré en usar la fuerza, unilateralmente si es necesario, para proteger al pueblo estadounidense o a nuestros intereses vitales siempre que seamos atacados o amenazados de manera inminente (yo diría que esto es aceptar los ataques preemtivos-anticipatorios de Bush) (...) También debemos considerar usar la fuerza militar en circunstancias que vayan más allá de la legítima defensa.

Como lo han advertido George Shultz, William Perry, Henry Kissinger y Sam Nunn, nuestras medidas actuales no son suficientes para enfrentar la amenaza nuclear. El régimen de no proliferación está siendo desafiado.

Por último, debemos crear una coalición internacional fuerte para impedir que Irán obtenga armas nucleares y eliminar el programa nuclear bélico de Corea del Norte (...) no excluiré la opción militar.

Una vez leído esto, diríase que la actitud de Obama para la política exterior está más próxima a la del Realismo Defensivo que a la del Liberalismo. Y efectivamente, el Realismo Defensivo surge desde que Robert Jervis escribiera sobre el dilema de la seguridad y en menor grado sobre el neorrealismo de Waltz. Por eso el énfasis en el reforzamiento militar, pero a la vez promoviendo políticas moderadas, poco expansivas, o en el caso que hemos visto, incluso de reducción de armamentos. En el Realismo Defensivo se supone que la motivación de los Estados es más la búsqueda de la seguridad, que la de incrementar el poder, probablemente de ahí sus ofrecimientos a Irán. No será su política exterior la de buscar el incremento del poderío americano, para poder extender luego la democracia cada vez que se presente la ocasión. Mantendrá un poderío elevado para sus FAS, pero marcará unos objetivos mucho menos ambiciosos a su fuerza armada, y tratará de mostrase razonable y equilibrado con sus contrarios, para así tratar de alcanzar acuerdos que proporcionen seguridad a todos.

Pero ya vimos en la entrada anterior que no era en el mundo de la fenomenología psicológica donde está la inseguridad. Las ambiciones nucleares y balísticas de Corea del Norte o Irán son anteriores a Obama y han permanecido básicamente invariables a lo largo de varias administraciones. Esos países tienen sus propios motivos, existan o no los USA. Esas motivaciones enraizan con la historia y la ideología de esos Estados. En el caso de Irán es el dominio de el golfo pérsico, el liderazgo del mundo musulmán, y el antisionismo. Es por esos motivos por lo que Irán quiere bombas atómicas y misiles balísticos, no porque quieran lanzar un ataque nuclear contra Play Boy, o porque temiera un ataque de Bush hijo. Y los problemas con Rusia vienen por el asunto de las áreas de influencia, por el declive espectacular de su arsenal estratégico, el miedo a un escudo antimisiles futuro (que inutilizaría su arsenal nuclear como elemento disuasivo creible en las guerras futuras no existenciales, como defender Georgia o Ucrania), y a que la mera existencia de una única superpotencia a nivel mundial es de por sí una amenaza para la debilidad rusa. No son errores psicológicos, tomarse en serio el dilema de la seguridad es dar por sentado que todos los países desean la paz y la seguridad, cuando todos conocemos que ni Hitler, Sadam o Milósevic anhelaban tal cosa.

Obama puede atenuar la amenaza porque nunca se lanzaría a una aventura tipo Irak 2003, pero los conflictos existen objetivamente. Y ante lo que se le avecina, Obama tiene básicamente tres opciones, 1- retirarse y ceder terreno en dichos conflictos para no producir situaciones desagradables (esto es, inseguridad internacional, vease pepinazos y bombazos), 2- el mantenerlos constreñidos con acuerdos realmente verificables (no como el actual régimen de supervisiones del TNP) o con ataques limitados (como se hacía con Sadam Husein en los 90), o 3- destruir el problema (como hizo Bush en el 2003 con Sadam). Por lo que ha escrito Obama, parece que su estilo será el de la segunda opción, pero ya habrá tiempo para comprobar si termina bombardeando Irán, o es disuadido por las consecuencias de la respuesta iraní, y se retira a la opción 1. Aunque su estilo termine siendo el de la opción dos, lo que no tiene Obama es una gran visión general de lo que debería ser la política exterior, tal y como la tenían Wilson, Kissinger, o los neoconservadores de la época de Bush.
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Obama piensa que sus acciones y conductas podrán influir esencialmente en el desarrollo de la política internacional. Cree que mostrándose meridiano y conciliador, logrará sacar de su error "antiamericano" a países como Rusia o Irán, como si toda la política militar y exterior de esos países hubiese sido hasta ahora un vulgar error de cálculo producido por el dilema de la seguridad. No quiere ver que son las líneas de fracturas internacionales objetivamente existentes, las que dan los incentivos, con diferencia más fuertes, para dirigir las políticas de sus países. Eso no quita que la gestión de cada problema pueda hacerse mejor o peor. Pero uno tiene la impresión de que Obama cree que puede cambiar la situación mundial no ya por la vía de modificar los individuos o átomos de la política internacional (los Estados - cambio de régimen neoconservador), o por alterar la estructura del sistema internacional (como cuando el mundo pasó de la bipolaridad y la hostilidad ideológica, al momento unipolar y al fin de la historia), sino por la muy superficial vía del nivel relacional (superficial por lo que pudimos comprobar en la entrada anterior). El estilo de política exterior de Obama, me recuerda muchísimo al de el primer Kennedy, y todos sabemos como acabaron sus esperanzas. Al mostrarse más comedido en la búsqueda de los objetivos nacionales, lo único que consiguió (sin quererlo) fue ceder terreno ante los conflictos objetivamente existentes con la URSS, Cuba, Laos o Vietnam. Ello provocó el que casi ocurriera una guerra nuclear, que se perdiera Laos, desencantar a población berlinesa (recuerden, El Muro, allí cedió un derecho del occidente que se ganó a sangre y fuego en la IIGM), y la escalada a una guerra inmensa en Vietnam.
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El paradigma del fracaso de las primerizas pretensiones de la administración Kennedy, están en las esperanzas de que la carrera de armas nucleares podría llegar a estabilizarse (recordar que se estaba en moratoria de pruebas nucleares). Pero obviamente, dado el nivel de tensión ideológica presente en el sistema, y las crecientes capacidades industriales y económicas de la URSS de aquel entonces, lo que beneficiaba sobremanera a la Unión Soviética era el lanzarse a una carrera de armas nucleares, construyendo gran cantidad de vectores y cabezas, y el probar nuevas cabezas de guerra y vectores con los que eliminar la inmensa superioridad estratégica que los USA poseía en los primeros años 60. Dicho y hecho, el 30 de octubre de 1961, la URSS probó la más grande arma nuclear de todos los tiempor, la bomba Zar. Una versión pequeña de unos 50 megatones, de una bomba de 100 megatones. La bola de fuego que se produjo en el aire fue de 8 kilómetros de diámetro.
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(En las próximas horas se subirá un vídeo sobre mi apreciada bomba Zar)
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La actitud timorata de los USA y Occidente en aquellos tiempos nos llevó a la superioridad cuantitativa del arsenal nuclear soviético respecto al Occidente (una situación que 15 años antes le parecía increible a todo el mundo), frenar la caida de recursos demográficos del bloque comunista , y perder la guerra de Vietnam. Unas actitudes timoratas claramente inspiradas por unas concepciones de la seguridad internacional, que hoy bien podrían ser tildadas de Realismo Defensivo. Unas actitudes exactamente iguales respecto a las que se tuvo con Alemania, Japón e Italia en los años 30. Ahora tenemos ocho años para ver que pasa. Rusia, China, Irán, Corea del Norte y Afganistán (por este orden de importancia) son los asuntos de seguridad internacional (junto a los temas de proliferación no referentes a Irán y Corea) más importantes que tiene Obama en su agenda.
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Y sí, Afganistán es el menos importante de los asuntos importantes de los temas político-militares que afronta Obama (aunque es verdad que es el más urgente). Retirarse de ese país sin haber ganado (perder la guerra), no será ninguna catástrofe para la seguridad de USA y Occidente. De la misma manera que retirarse de Vietnam y haber perdido buena parte del sudeste asiático, no llevó a oleadas de comunistas a invadir los USA. Perder en Afganistán no producirá un efecto dominó islamista que les lleve a conquistar Andalucía, o a que los USA comiencen a sufrir onces de septiembre con armas de destrucción masiva. Pero el que los USA se hubiesen retirado del centro de Europa y de la OTAN, sí habría sido una catástrofe para la seguridad del Occidente y de los USA. Permitir que Irán y Corea del Norte se hagan con armas nucleares y capacidad balística, sí tendrá un efecto tremendo en la consiguiente proliferación de armas nucleares, en la libertad de acción de los Ayatolas, y en que USA estaría mucho más disuadida a la hora de tratar con Irán. Ha sido infinitamente más importante para la seguridad y la libertad de los pueblos del Occidente (y las democracias en general), las retiradas y fracasos de Moscú, y las ampliaciones de la OTAN, que los atentados de Madrid, Londres o Nueva York. Esto es algo indiscutible y que muchas veces se pasa por alto.
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Si Obama se atreve a llevar hasta sus últimas consecuencias el estilo y objetivos de política exterior que se pueden deducir de sus primeros movimientos (¿Realismo Defensivo, Liberalismo mal entendido?), lo único que conseguirá será ceder terreno y generar situaciones mucho más inseguras a largo plazo. Pero lo cierto es que a día de hoy todo está por verse.


Mas espero que en el futuro tenga presente que es más importante el ser que el hacer. Es como la famosa fábula del escorpión y la rana, no es razonable para la seguridad del escorpión hacer lo que hizo, pero el único sentido de su existencia es ser y comportarse como un depredador mortal e implacable. "La verdadera guerra no se libra contra los poderes o los principados, sino contra la oscuridad del alma, que se ha extraviado" (o eso es lo que se me quedó claro viendo Babylon 5). Cómo trataría usted a Jomeini, a Sadam o al Kaiser Guillermo II, como a una rana o como a un escorpión. Me parece que la respuesta es sencillita, como ver el Sci-Fi Channel.
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Bueno, fue algo que se me quedó claro viendo Babylon 5, y teniendo un pelín de vida espiritual. Lo anterior sólo hacía referencia al concepto de guerra espiritual. Este pasaje nos enseña algunas verdades cruciales; (1) Solo podemos estar fuertes en el poder del Señor, (2) Es la armadura de Dios la que nos protege, (3) Nuestra batalla es contra fuerzas espirituales de maldad en el mundo. Efesios 6:10-12 declara, “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” La mentalidad de la simple modernidad es superficial, plana y bastante burda. De una superchería mecanicista que sólo convence a los más bobos de los licenciados en alguna clase de ingeniería o en empresariales (sólo hay que oir hablar a los muy tontorrones ingenieros de sistemas, y a los especialistas en EBO y EBAO que nacen de la USAF) (sálvense los no bobos, que evidentemente los hay). Un tipo de mentalidad que confunde mecánica y espíritu. Ya vimos en la entrada anterior como el apaciguamiento realista creyó que su mecánica de poder mantendría constreñido al espíritu y la "voluntad de poder" hitlerianas. Pudimos ver como se confundía la mecánica y las ecuaciones de la carrera de armamentos, con la veradera causa y motor de la política y de la vida en general. Ahora toca ver en qué cree y en qué piensa Obama.
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Aquí podéis leer un análisis, más convencional, sobre la política exterior de Obama, publicado en el RIE. EEUU y las prioridades de política exterior de la Administración Obama (David García Cantalapiedra).